Le conté mi historia, le dije que era estudiante, que era provinciana, que me iba como las hueas en ese ramo y que si no llegaba con el trabajo de seguro me lo echaba y tendría que volver a mi pueblucho... me preguntó de dónde era y al contarle que era de Arica se acordó de algún amorío con un fortachón ariqueño, le cambió el tono de voz, se río y me dijo: "Me voy a juntar contigo porque eres loca, provinciana y aperrada. Me caíste bien"

Finalmente nos reunimos un 1 de noviembre en "La Foresta del Parque", él venía de visitar a su madre en el cementerio, lucía acongojado y muy sensible. No vestía con plumas, ni de mil colores. No estaba maquillado, ni llevaba tacones. Era sólo él, Pedro Mardones Lemebel en su esencia, vistiendo de impecable negro con un pañuelo Wrangler en la cabeza. Conversamos como 4 o 5 horas, sentados en la calle. Lo adoré por completo, amé su personalidad, su inteligencia y me sentí grata de tener la oportunidad de conocer a quien había escrito libros que me encantaban.

Fuerza Pedro, el cáncer se podrá haber llevado tus plumas y ahora tu voz, pero tu esencia sigue exacta. No dejes que te la gane el muy mal parido!