¿Cómo vivir solo y no morir en el intento?

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Vivir solos o salir de la casa de nuestros padres suele ser el más preciado sueño adolescente. Muchos de los estudiantes de regiones que deciden ir a la universidad en Santiago, cuentan los días para el preciado día en el que despegaran del nido. Pero la realidad al llegar suele ser bastante distinta, sobre todo los primeros meses, porque la poca experiencia de vivir solos puede llevar a muchas cosas, desde caer en un espiral sinfín al mundo del carrete, hasta los típicos accidentes caseros y los días en que lo único que queremos es volver a casa, porque nos sentimos solos o estamos enfermos o sencillamente necesitamos “mamonear” un rato. Porque claro si el afán independentista a todos nos nubla a veces un poquito la cabeza, pero la verdad es que no hay mejor comida que la de mamá, no hay mejor cama que la de nuestra casa de infancia, y no hay nada como una reponedora sopita de pollo de nuestra querida madre cuando estamos enfermos. Al darnos cuenta de todo esto ya es tarde porque la decisión ya está tomada. Y estamos solos enfrentándonos a una ciudad hostil, que muchos ni siquiera conocían antes. Es por eso que escribo algunos consejillos para quienes estén a punto de comenzar la aventura o ya la tengan en mente.

Primero que nada ¡Ojo con el presupuesto! El primer mes trata de no gastar de más, hasta que te des cuenta de cuánto es lo que realmente gastas mensualmente, porque sino te darás un golpe de frente con la cruda realidad de vivir solo. Despertaras un día y te darás cuenta de que te gastaste toda la plata y no te queda otra que sobrevivir a puros fideos todo el mes, sin contar que incluso la crisis puede ser tanta que literalmente te tendrás que “tirar por el alambre” algunos días o depender de la caridad de tus compañeros de curso, lo que no es muy seguro, pues te vienen recién conociendo y es difícil que se compadezcan de tus penurias.

Segundo, si vives en un departamento nada de andar organizando carretes en tu casa altiro, porque a veces tus nuevos amigos serán unas verdaderas marabuntas que se comen todo lo que puedas tener en el refrigerador, por lo que una vez más corres el riesgo de morir de hambre por un tiempo. Además si haces carretes muy rápido serás odiado por todos tus vecinos, y en la primera reunión pueden llegar a pedir tu expulsión del edificio. Existe otro agravante, el desastre que queda después del carrete es asqueroso, porque parece que nadie respetara las reglas de buenas costumbres en la casa de un estudiante. Realmente al otro día el departamento amanecerá asqueroso lo más suave será un baño vomitado, ni hablar de la cocina, y si tienes balcón PEOR.

Al respecto de quienes vivan en departamentos hay un dato clave para las mujeres. No cuentes tan rápidamente que vives sola a tus “amigos”, “pinches” o “pretendientes”, porque van a querer aprovecharse del pánico altiro. Además no falta el patudo que creerá que está en su casa y prácticamente se instalará con camas y petacas. En realidad por lo general es mejor no comunicar el detalle de que vives sola a los hombres, es preferible inventar una compañera de departamento, un duende o hasta un ogro que se esconde en el departamento, para no atraer en masa la presencia masculina a tu casa, porque sino más encima después vas a quedar como “la mina fácil”. Si estás pololeando no será el caso.

Pero ¡Ojo! Que mucho tiempo viviendo sola también puede hacer tambalear la relación y puede entrar un tercer actor al cuento, porque siempre hay un amigo que estará ahí para recordarte que estás sola, pero no importa porque lo tienes a él.

Ahora para la gente que vive en pensión no aguantar que la señora o la “tía” de la pensión se convierta en tu segunda mamá, porque no la sacaras más de tu vida y después te hará la vida imposible. Créeme será peor que tu propia madre.

En realidad yo no recomiendo mucho vivir en pensiones, la comida es mala, las “tías” son mala onda, las camas son duras, hay que compartir los baños, cambiar tus hábitos, etc. En realidad es lo peor, porque tienes que asumir todas las costumbres de una casa que no es la tuya y eso es tóxico. Es mucho mejor “aperrar” y acostumbrarse a vivir solo, aprender a cocinar o por último comer en el casino de la universidad o sus alrededores, a la larga es más sano que esa supuesta comida casera que te ofrecen en las pensiones, que no es más que comida mal hecha y de pésima calidad, para ahorrarle al bolsillo de “la tía” que te saca un ojo de la cara todos los fines de mes, y ni hablar del sabor de esa comida de pensión. En realidad este debería ser algo así como el tercer dato, no irse a vivir a un pensión. Definitivamente.

Cuarto, siempre ten remedios básicos a mano porque no habrá nadie que los vaya a comprar por ti. Me refiero básicamente a tener aspirinas, tapsín, gotitas para el dolor de estomago, sal de fruta y cosas así. Obviamente si tienes algún tipo de enfermedad que requiera de un medicamento especial, como el asma, debes tener siempre a mano tus remedios o inhaladores y tener por si acaso siempre un envase de más, por si se acaba en el momento menos esperado e insisto no habrá nadie que lo vaya a comprar por ti.

Quinto, ojo con el lavado de la ropa. Es cierto que lavar es una lata, pero está lleno de lavanderías en el barrio universitario y aunque te duela gastar unas lukas en lavar, a la larga lo agradecerás porque tu ropa tendrá mayor vida útil. Además si no lavas tu ropa existe otro agravante, vas a andar con un olor insoportable que alejara de ti hasta a tus mejores amigos. Para los que tienen lavadora, no hay que atontarse y lavar los días de lluvia porque no se te va a secar jamás la ropa. Este último es un consejo especial para la gente que viene de zonas nortinas, como yo, donde no llueve y dan la hora con los días lluviosos.

Sexto, atención con los calefont. Si tienes la opción y los medios de acceder a un departamento con central de aguas calientes, opta por ese y deja de lado los peligrosos calefont. Si no tienes otra alternativa vas a tener que ser muy precavido con este aparatillo, porque para alguien que vive solo es bien peligroso el tema del calefont porque nadie te va a encontrar si te pasa algo. Pero para que ser tan catastróficos, pensemos sólo en el hecho de que los calefont necesitan permanente mantención que generalmente uno como estudiante no la hace y eso se torna peligroso. Además hay que tener ojo con la instalación de este artefacto, que esté en una logia, que exista la ventilación correspondiente, etc. Y por último si alguna vez tienes problemas con el calefont, mejor cambiarse altiro. Porque personalmente me tocó la experiencia de que una vez se hecho a perder el calefont y el arrendatario nos “engrupió” y dijo que lo había mandado a arreglar, patrañas al mes la porquería explotó y gracias a dios que aún estoy aquí para contarlo y decirles que pongan atención a este tema.

Séptimo, atención con el pago de las cuentas. Sobre todo si es que vives con “compañeros de departamentos” o “room makers” , porque ahí si que se desordenan las cuentas. No falta que al que le tocaba ir a pagar se le olvida, o simplemente “se funde” con la plata y se va de “carrete”. Y lo peor es que después vienen los famosos cortes, y para peor el corte siempre es un día que tienes prueba, examen o cualquier cosa importante que hacer.

Octavo, cuidado con las llegadas de amanecida. Cuando estás en una ciudad que no conoces es más peligroso llegar con el amanecer, porque no sabes muy bien cuales son los lugares peligrosos y aparte parece que los ladrones te encuentran cara de provinciano y te conviertes en presa fácil. Así es que cuando te vayas de carrete largo, mejor quedarte cerca de donde estés, o sea en la casa de la amiga o el amigo más cercano al epicentro del carrete, etc. La otra alternativa es guardar unas “lukas” para devolverte en taxi, lo que es bastante poco probable porque después de unos “copetes” se te va a olvidar para que tenías guardada esa plata y te la vas a tomar igual.

En fin vivir solo es todo un desafío y te felicito si te decidiste a hacerlo, pero no dejes de lado estos consejos aunque te parezcan inútiles o digas ¡Bah pero si eso es obvio! Cuando estás solo las obviedades no están de más y siempre es bueno escuchar a alguien que ya pasó por la experiencia y no murió en el intento.




Foto de algún carrete, de puros provincianos, en los viejos tiempos


1 comentarios:

Jess López dijo...

Hola gracias por tus consejos me seran muy utilesen mi vida solitaria =)
tratare de no morir en el intento x)